martes, 9 de octubre de 2012

Karma: esa maldita perr***!


Hace casi 5 años, empecé a salir con la chica que no sería mi primera enamorada; pero sí mi primer amor. Relación que duraría 3 años y 8 meses aprox. (Y justo por estos días hace un año terminamos definitivamente)
Ella -en ese entonces- salía con alguien tenía enamorado: un niño sano, hijito de papas con plata, pero de tonta actitud.
El tipito éste no se portaba bien con ella, la menospreciaba y la tonteaba, se portaba mal. Y eso aburre a cualquiera...
Karma: Tarde o temprano, todo da vueltas...
Entonces, como es lógico, llega un caballero en armadura azul y un caballo alado, el cual -a primera vista- no le presta atención.
No sé cuándo ella empezó a interesarse en él en mí. Pero sí sé cuándo yo me interesé en ella:
Un poco en su cumpleaños, cuando ella estaba triste y "sola": Su mamá estaba de viaje, y lejos de aquí.
Y luego de manera progresiva-aritmética, de a poquitos.
Hasta aquellos días de enero, de chubascos veraniegos, en los que ya no enamoraban sólo todo lo que tenía por contar y por decir, sino también sus labios chiquitos, su sonrisa tierna, y sus ojos achinados al reír.
Desde esos días, empecé a enamorarme, de manera progresiva-logarítmica o exponencial.
Luego, una noche afuera de su casa, ya ni recuerdo de qué hablábamos. Sólo recuerdo que ella me dio el primer beso, un 20 de enero del 2008.
Ella seguía con ese tipo que no merecía tremenda chica, pero me besó.
No deja de ser infidelidad... pero, cuán infiel es una persona cuya relación ya está finalizando y todo está mal?


Y ese beso que besé y que no supe responder (ella siempre sostuvo que no le gustaba como beso) desencadenó todo. A los 4 días empezábamos una relación amorosa.
Fueron días perfectos.
Pero los días se hicieron meses, y -desgraciadamente- los meses en rutina.
Altibajos y bajialtos como en toda relación.
Cometí mis errores, muchos. Ella cometió sus errores, muchos más. Eso me alimentó a "seguir equivocándome". Nunca había amado de esa manera, pero nunca había llevado una relación amorosa real, así que no sabía hasta que punto lo que yo hacía, estaba haciendo mal.
Y yo me empecé a portar mal, prestarle menos importancia, alejarme de ella, salir más con mis amigos, viajar sin ella. Claro, los motivos eran distintos, ella no podía, no tenía ni dinero ni permiso. Pero así sucedieron las cosas.
Y ya siendo los problemas mayores que las alegrías, y más fuertes que nosotros, cedí.
Se cruzó una chica en mi camino, a la que, quién sabe el puto karma quiso pasarle factura a mi entonces enamorada. Y la besé, y nos besamos.
Claro, la historia transcurrió un poco distinta esta vez: Quise hacer las cosas bien, arreglar con mi novia y reescribir nuestra historia. No funcionó, tal vez el karma fue más fuerte, o tal vez saber que tu actual pareja no te presta la atención que quieres, y una chica que ni siquiera ves se preocupa por ti y te demuestra más interés... pues, las cosas pasaron.
Y terminé con mi ex, y pocos meses después, estuve con ese alguien que el karma decidió interponer.
Creo en el karma: Lo que quiero decir es, yo le hago cosas malas a las personas, porque asumo que se lo merecen.
Pero el karma seguía desequilibrado, y ahora está pasándome factura a mí.
Y ese adolescente que no supo darle prioridad a su enamorada, dedicarle más tiempo y buscarla más y enamorarla más... pues, ahora el karma me las está cobrando.
Y esa nueva enamorada con la que ahora salgo, me hace lo mismo.
Ahora ella cancela nuestros planes, me deja plantado, prioriza a otras personas y actividades.
Ahora soy yo el que está dejado de lado, y estoy harto; y descubro la enorme paciencia que mi ex tuvo conmigo.

Karma; esa maldita perra que trata de equilibrar el universo desequilibrando el mundo de cada uno de sus habitantes.

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