lunes, 9 de julio de 2012

Cartas a mi ex - I: Aterrizando a la realidad


Querida ex:


Sé que no tendremos el final feliz del "y vivieron felices para siempre";
Que el para siempre no es eterno, y que un beso espontáneo podría determinar años de nuestras vidas!
Contigo aprendí eso, aprendí qué es amar y qué es ser amado, y también aprendí mucho sobre mí, sobre ti, sobre las mujeres, sobre todo y de todo, a ver sin los ojos el color que sólo existe en tu imaginación, a interpretar palabras inventadas tuyas como "agarrable" y hasta síntomas y enfermedades como el de Asperger.

Sentí muchas cosas por primera vez, y, más allá del sexo que nunca hubo, todo eso q sentimos juntos, o que me hiciste sentir un tiempo atrás, lo sentí con el corazón, no con los sentidos.

Rompí mis rutinas y mis costumbres, pues a pesar que adoro tomar siestas vespertinas, o que odio las largas colas al ir al cine en días de estreno (peor aún, a ver la película en estreno), tú me hacías adaptar mis gustos a tus necesidades, y no es una queja, es -vaya cursilería- el poder de tu amor.

Y definitivamente eres alguien especial: me enamoraste 3 veces, cronológicamente; y de miles de formas distintas.

Sé que rompí mi palabra, quebré promesas, incumplí compromisos, cometí adulterio en nuestro peor peor (realmente, peor) momento de la relación, caí en la monotonía, fui terco y reacio e intransigente.

Creo que esta es la primera carta en la que puedo reconocer cuánto fue mi culpa, y no recriminarte por cuánto fue culpa tuya.

Espero que, si llegas a leer esto, sea cuando ya no sientas los más mínimo por mi persona, ni "lindo" ni doloroso;
Sólo y lo leas para que entiendas un poco más como ocurrió todo en su momento, y exponerte, con absoluta transparencia, lo que pasaba por mi cabeza cuando todo empezó a arruinarse...
No sé pero, si Dios existe, que derrame sus bendiciones sobre ti...

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